" HOY ES UN BUEN DÍA PARA MORIR": PRETÉRITO IMPERFECTO

Podríamos pensar, erróneamente, que ¨Hoy es un Buen día para Morir¨ de Jesús Colomina ¨colo¨, es un comic sobre un futuro distópico. No lo es. Como no es una novela gráfica de ciencia ficción, por más que nuestra mente se empeñe en buscar similitudes con algunas historias de Philip K. Dick o que encuentre algún punto en común con, por ejemplo, ¨La Amenaza de Andrómeda¨ de Michael Chricton o ¨V de Vendetta¨.

Y todo esto que no es, es así gracias al juego de espejos que plante Don Jesús Colomina ¨Colo¨ en este artefacto, preciso como la mente del Doctor Manhattan, donde el Guionista y dibujante que fuera premio internacional de comic Planeta DeAgostini ejerce de amo de las marionetas y hace hablar, reflexionar, sentir a un grupo de personajes que resultan plausibles y poéticamente realistas en unas condiciones adversas que sirven de catalizador para que las emociones sean exprimidas, exudadas y se manifiesten de modo que podamos contemplarlas.

Esas circunstancias existen y son reales hoy y las vemos día a día a nuestro alrededor, aunque pertenezcamos a otra época que la que plantea ¨Hoy es un Buen día para Morir¨. Este proyecto arquitectónico fue construido durante nada menos que 6 años y muestra una sociedad, oprimida por poderes fácticos entre los cuales se yerguen las empresas farmacéuticas que actúan en connivencia con el gobierno de turno, en la que en un momento dado aparece un virus fuera de control. En este contexto, un grupo de amigos, lucha contra las adversidades con el fin último de grabar un disco, algo aparentemente anecdótico a tenor de lo que acontece entorno a ellos, pero que para estas personas se convierte en algo que dota de sentido a su vida y, quizás, a su muerte. Simultáneamente, un antihéroe, muy al estilo del ya mítico ¨V¨, trata de despertar a una sociedad milimétricamente adormecida por el rodillo manejado en comandita por Gobiernos y Multinacionales.

Entre estos pilares que sirven de sostén a ¨Hoy es un buen día para morir¨ encontramos otras pequeñas (por breves) intrahistorias, casi microrrelatos, insertadas magistralmente, las cuales nos permiten conocer la forma de pensar y las vidas de unos personajes secundarios que logran brillar en un relato ya de por si relumbrante.

El toque maestro, y que dota de sentido y originalidad a este proyecto, es la inclusión, al final del mismo, del CD de música del grupo ¨Hielo Rojo¨. Es este objeto el que cataliza el vértigo que sentimos cuando lo encontramos al final del comic y el que, al encontrarlo y observarlo detenidamente, nos induce el mismo efecto mareante que pudimos sentir en ese revelador final de ¨El Planeta de los Simios¨, el mismo estupor que sufrió de manera desgarradora Charlton Heston cuando la verdad se reveló en apenas un instante. De este modo ¨Hoy es un buen día para Morir´ necesita dos lecturas, literalmente, la segunda de las cuales debería hacerse tras encontrar el disco y mientras se escucha.

Además de la propuesta global de esta obrar, dispuesta en varias capas, me gusta particularmente el tratamiento del color planteado por ¨colo¨ que sirve para dotar de densidad a cada situación y al mismo tiempo para compartimentarlas de una manera sutil.

No sé (nunca he tenido madera de visionario) si ¨hoy es un buen día para Morir¨ se convertirá en un clásico del comic, pero sí puedo decir que merecería serlo. Como también merecería una mini serie de televisión de calidad para disfrute de los seguros fans.

Enhorabuena, pues, a Jesús Colominas por su propuesta y su perseverancia, pero sobre todo por el respeto hacia el lector que emana de ¨Hoy es un Buen día para Morir¨.
Imprescindible.

El MARIDAJE

¨Hoy es un Buen día para Morir¨ es puro Hielo Rojo y es acidez, pero también podemos encontrar destellos de esperanza, ciertos toques dulces en este préterito imperfecto que supone la obra de ¨colo¨. Así pues, encontramos en la ¨Mr. Strowberry¨, de la cervecera Highway Manor, la compañera ideal para esta historia.

Es esta una Sour muy equilibrada, ideal para quienes se estén aproximando a este estilo, que a veces puede resultar un tanto difícil, donde la fresa aparece de forma sutil, punteando la acidez principal que no llega a resultar agobiante en boca. Encontramos que estos matices son la transposición perfecta de las sensaciones que transmite esta novela gráfica editada estupendamente por Dibbuks.

Yendo más allá, esta Sour contiene el mismo blanco y el mismo rojo en su estructura (maltas pálidas y fruta) que el Hielo teñido de sangre que da nombre al grupo que compone la banda sonora (y al cual pertenece el propio autor). En boca, burbujas finas estallan contra nuestra lengua y así sentimos lo mismo que al pisar nieve fresca, un leve crujido, quizá un tenue chisporroteo que precede a lo que encontraremos más adelante.