Humphrey Bogart, personalidad cinematográfica

Durante mucho años se ha menospreciado la interpretación cinematográfica en comparación con la teatral aludiendo a que muchas veces el actor/actriz de cine no actúa y se limita a ser, él/ella mismo. Este menoscabo de la actuación cinematográfica viene en gran medida dado por el hecho de estar juzgando a este tipo de actuación por el mismo rasero que el teatral, cuando son dos medios completamente diferentes que comunican con elementos y técnicas muy diferentes. Mientras el teatro es territorio de símbolos y representaciones, el cine es un territorio de realismo y de presente, una realidad que captura la cámara y sucede ante nosotros cada vez que se proyecta en un cine. Esa captura de la realidad está más emparentada de entrada con la fotografía que con ningún otro medio aunque luego lo teatral, lo musical, lo narrativo y novelesco, lo pictórico, entran a formar parte de ese arte del Siglo XX, el cine, que ha llegado a considerarse la más grande de todas las artes, precisamente porque todas las demás forman parte de ella.

Es un arte joven todavía si la comparamos con sus hermanas y en el que todavía quedan muchos caminos por recorrer. Uno de ellos el estudio del arte de la interpretación para la cámara, en base a unas premisas propias. Aunque todavía estamos dando los primeros pasos en ese camino hay algo que claramente es fundamental en el actor/actriz de la gran pantalla y es su "personalidad cinematográfica". Esta personalidad está dada por el conjunto de rasgos físicos, energía, y cualidades de carácter, que sumado a las vivencias y punto de vista hacen de este actor/actriz único/a, alguien único. Esta personalidad a su vez se perfila y define a través de los personajes que el/la actor/actriz encarna; siendo los personajes los vehículos a través de los cuales el actor/actriz se expresa.

Humphrey Bogart considerado una de las mayores estrellas de la edad de oro del cine, no es quizá mejor o peor que actor que muchos otros de su generación, ante lo que cabe preguntarse qué le ha hecho perdurar y seguir siendo un icono y lo que es indudable es que su personalidad cinematográfica es muy definida y de un enorme magnetismo.

Peter Bogdanovich lo retrata en su libro Las estrellas de Hollywood: "Ya fuera en Siroco o en Casablanca, Martinica o en el Sahara él era el único estadounidense del lugar y nadie le preguntaba cómo había llegado hasta allí. Había pocas cosas que no pudiera hacer, y en un apuro podía hacerlo todo: sacar una bala del brazo de un tipo o arreglar un camión que no arrancaba. Era un magnífico conductor, sabía exactamente como tomar las curvas o como librarse de alguien que le seguía. Podía oler un trozo de cristal roto y decir si había contenido veneno o entrar en una habitación y saber exactamente dónde estaba el botón que abría la compuerta secreta. Al timón de un barco era espectacular”.

Su gesto era casi siempre amargo, y cuando sonreía sólo movía el labio inferior. Sostenía un cigarrillo (Chesterfield) con la mano ahuecada. Cuando sujetaba un arma tenía buen aspecto.

Poco sentimental era una buena definición para él. "Déjalo donde está" era algo que podía decirle a una mujer cuyo marido acaba de resultar herido, "no quiero que me llene los cojines de sangre". Y brusco. Y directo. "No me gustas. No me gustan tus amigos ¡y no me gusta la idea de que ella se case contigo!”

Era duro; podía pararte con una mirada o con una frase "vamos, golpéame a mí". No le gustaba recibir órdenes. Ni que le hicieran favores. Fuera lo que fuera en lo que estaba metido ya fuera un reportero, el dueño de un saloon, un gánster, un detective, el dueño de barco pesquero, un fiscal del distrito o un abogado, era, aunque a su manera, un impecable profesional. "Te arriesgas", le decía alguien, "Me pagan por ello", respondía él. Pero nunca se tomaba así mismo demasiado en serio
Y por último desconfiaba de las buenas causas. Le gustaba que le pagasen por asumir riesgos. Era un hombre que se esforzaba por ser malo, porque sabía que era más fácil sobrevivir en el mundo de esa manera. Nunca lo conseguía por culpa de una innata bondad que sin duda le asqueaba".

"No era un extremista ni nada parecido" decía Bacall "excepto para decir la verdad". Era admirable, siempre decía lo que pensaba. "Maldita sea", solía decir "si no quieres oír la verdad no me preguntes a mí.

Cooke habla de él en un artículo para el "Atlantic Monthly": Un hombre sensible que se encontró con un mundo más corrupto de lo que se esperaba...se inventó el personaje de Bogart y lo impuso a un mundo que no estaba dispuesto a aguantar a hombres que fueran obviamente buenos. Y encajó en sus engañosos propósitos como un guante... De todos los hombres él estaba decidido a conservar su secreto: el secreto más bien vergonzoso, en el mundo realista que habitamos que consiste en ser un galán y un idealista."

Podría ser algo tan simple como el sex-appeal se preguntaba Cooke. "Tenía una imagen de sofisticada virilidad y la mostraba realmente bien. Y con un gran sentido del humor. Al final, tenía tanto estilo que no se marchitaba, no envejecía, no tenía edad"

A través de las décadas el encanto de Bogart se ha mantenido vivo y sus películas siguen siendo motivo de culto, su gran personalidad cinematográfica ha traspasado el tiempo para llegar hasta nosotros.

Bogart… Un maridaje de alto riesgo

Es arriesgado comenzar este apartado con Bogart. Pone el listón muy alto. No en vano el actor fue elegido la primera estrella masculina más importante de los primeros cien años del cine norteamericano, según el American Film Institute. EL reto de escoger la una cerveza que pueda asociarse a semejante icono global es inmenso. Y qué. Me apetecía. Quizá porque el éxito de Bogart comenzó relativamente tarde y yo siempre tengo la sensación de llegar con retraso a demasiadas cosas sentía que tenía que ser, precisamente él, el primero. O por la eterna Casablanca, tal vez. O qué más da. Pero qué diablos, ya que estamos aquí, ya que el camino ha sido arduo, adoptaré esta actitud tan bogartiana de tipo duro y templado, le echaré redaños y me lanzaré al ruedo. Siempre que imagino a Bogart lo hago en blanco y negro. Posiblemente con un cigarro medio caído en los labios y muchas veces con una pistola en la mano. Como una aparición sublime de la que me es imposible tener miedo. Con todo ello en mente en mente, creo que la cerveza que mejor puede traducir en sabor y actitud al legendario Bogart es la “Smoking Gun” elaborada por “The Perfect Crime”. Vamos, echadle narices, decidme que me equivoco. No sólo tanto el nombre de la cerveza como el de la cervecera son absolutamente evocadores. Su imagen impresa, mecanografiada a la vieja usanza, nos transporta sin quererlo a las páginas de aquellos periódicos en los que Bogart y Bacall emergía de las fotografías como ángeles tristes. También el estilo parece querer participar de este juego. Una imperial Stout. Negra, poderosa, contundente, con sus 10 grados de alcohol calentando la garganta como una mentira piadosa… “nunca te he amado”. Pero además es una cerveza algo fuera de estilo, un poco como la vida del propio Bogart, donde además de los sabores clásicos para estas cervezas (tostado, café…), aparecen unos toques dulces inesperados. Y es precisamente esto lo que consigue la magia. Porque muchos de los personajes de Bogart, el eterno Rick, sin ir más lejos, eran así. Oscuros, hoscos, implacables… Pero llenos de humanidad y romanticismo. Yo pienso hacer la prueba, y os invito a que hagáis lo mismo. Poned cualquier peli de Bogart, abrid una Smokin Gun y sumergíos en ambas simultáneamente... Revivid al mito.

Eva Lesmes es graduada en dirección de cine y televisión por el American Film Institute de Los Ángeles. En cine ha trabajado como guionista y directora de los largometrajes ¨El palo¨ y ¨Pon un hombre en tu vida¨, en los cortometrajes ¨Al borde¨, ¨Ejercicio para dos manos¨, ¨Diario de otoño¨ y ¨Maldito lunes¨. También ha sido script en10 largometrajes para cine, entre otros ¨Angustia¨ dirigida por Bigas Luna y ¨Solar Babies¨ producida por Mel Brooks.

Ha participado en la dirección de numerosas series de televisión, entre ellas: ¨Maitena Estados Alterados¨, serie basada en las tiras cómicas de ¨Maitena¨, para Cuatro Cabezas o ¨El comisario¨, para Tele 5.

Actualmente, dirige, junto con Javier Gancedo, Central de Cine, una escuela para actores/actrices especializada en Interpretación ante la cámara.

Además, es miembro de la Academia de las Artes e Industrias Cinematográficas, y es una de las socias fundadoras de CIMA (Asociación de mujeres cineastas y de medios audiovisuales).