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EL PERLIGRO DE LAS CERVEZAS GOMINOLA

EL PERLIGRO DE LAS CERVEZAS GOMINOLA

Junio 19/The Beer Seekers/The Beer Seekers

No es el título de una peli de los 50 estilo ¨Invaders From Mars¨ o ¨El Ataque de la Mujer de 50 pies¨, pero el objetivo, quizá igual de paranoide, es similar… Advertir de un peligro futuro, con base en un hecho real presente que se encuentra latente entre nosotros…. Al igual que el género de ciencia ficción, este artículo se compone de una variable real, basada en la experiencia propia y una de ficción, que consiste en la elaboración de hipótesis sobre los hechos presentados. Mi papel aquí sería el del científico que trata de racionalizar los acontecimientos y que indefectiblemente acaba muriendo víctima de ese intento.

El primer hecho real tuvo lugar en casa cuando, siguiendo el ritual diario, mi pareja y yo compartimos una cerveza en casa, al final del día, y charlamos de lo que este ha dado de sí. Serví la cerveza en sendas copas y me fui a otra habitación. Reproduzco, literalmente, la exclamación que llegó desde el salón (reproduciendo el cliché de las pelis que nos sirven de escenario, es decir, chica rubia gritando asustada desde algún lugar remoto): ¨SABE A CHUCHE!!!¨. Terror. Horror. Pavor. Efectivamente, se trataba de una cerveza ¨artesana¨ a la que se le habían añadido ¨natural flavors¨ (creo recordar que de cramberries). Era verdad. La cerveza sabía a chuches y solamente a eso.

Y es que, cada vez con más frecuencia, se ven en los estantes de las tiendas cervezas ¨enriquecidas¨ con estos sabores naturales…unos son de carácter exótico: mango, papaya; otros algo más comunes: generalmente frutos rojos, vainilla, frutos secos…
Personalmente, de forma instintiva, suelo evitarlos. Hasta ahora no había intentado concretar el porqué, pero ese grito escalofriante que paralizó cada uno de mis músculos en casa, hizo que reaccionara. Así que me pongo a darle a la cabeza, ese laboratorio mental, para tratar de sintetizar la fórmula que me explique el problema. Comparto el proceso con vosotros.

Durante los últimos años se ha hecho un esfuerzo tremendo en ponderar muchas de las virtudes de la cerveza artesana respecto a las que pueda tener la industrial. Yo lo he hecho. Lo hago. Una de las más señaladas es, precisamente, su carácter artesano, natural. Y, por ello, me pregunto si, cuando un potencial nuevo consumidor o uno veterano, como yo, leen en una etiqueta de cerveza ¨natural flavors added¨, exactamente igual que en algunas bolsas de gominolas, me pregunto pues, si no estamos derrumbando esa imagen, real, de artesanía, de calidad, de naturalidad. Y si ello no está poniendo en peligro la imagen de un sector que ahora mismo depende mucho de ella para poder competir contra las multimillonarias empresas de cerveza industrial.

En primer lugar, podría haber consideraciones éticas… ¿Es lícito añadir concentrados de esencias naturales a una cerveza que vamos a llamar artesana? Del mismo modo, en lugar de elaborar la cerveza a partir de grano, se podría cocinar a partir de concentrados de malta de los de bote. Al final también se obtendría una cerveza sin filtrar, sin pasteurizar y que seguiría activa en la botella ¿Qué diríamos si una cerveza vendida como artesana hiciera esto? Intuyo que nada bueno.

La segunda consideración es de mercado: ¿Es bueno para el sector artesano que se le relacione con estos añadidos? Desde luego para la imagen global del sector, creo que no.

Tercera consideración: ¿sabe mejor, o incluso bien, la cerveza con estos añadidos? Esta ha sido mi primera experiencia con ellos… ¿o no? En este caso particular el chillido de mi pareja resume lo que puede pasar… ¿os imagináis que hubiera sido su primera cerveza artesana? ¿repetiría con otra artesana?

Cuarta consideración: ¿Implica esta preocupación estar en contra de experimentar con sabores en la cerveza? No. Pero si se quiere generar sabor a frutos rojos, casi es preferible una maceración. Y, la cerveza, aunque tenga matices a frutas, frutos secos, etc., debería poder ser reconocible como cerveza.

El segundo acontecimiento en esta trama trepidante tuvo lugar en el súper de la esquina donde habitualmente hago compras menores (en Manhattan, NY). En la sección de cervezas artesanas, la mayoría de ellas anunciaban, de forma llamativa, sabores a diferentes frutas… Pomelo, Nectarina, papaya, mango, frutos rojos… Pero, oh sorpresa… Parte de las cervezas habían sido SUSTITUIDAS por otro tipo de bebidas que llevan frutas, cuyos packs eran difícilmente distinguibles en estilos y colores de los de las cervezas… Literalmente cito las bebidas ¨invasoras¨:

MIKE´S HARD LEMONADES
Bebida con 5% de alcohol a base de ¨natural flavors¨ de frutas (lima, black Berry, meolocotón, limón).

SMIRNOFF Peach Bellini y SMIRNOFF Screw Driver (5,8% de alcohol)
Combinado de Vodka con ¨Natural Flavors¨ de melocotón, frutas tropicales…

KINKY COCKTAILS
Estaban el Kinky Red y el Kinky Blue, elaborads con ¨Natural Flavors¨ de berries, fruta de la pasión, sabores tropicales, etc…

Como si de la mítica ¨La Invasión de los Ultracuerpos¨ se tratara, las súper refrescantes cervezas de frutas habían sido sustituidas por six-pack, de apariencia similar, de otras bebidas con sabores de frutas, igual de refrescantes, algunas sensiblemente más baratas. Como consecuencia de ello, de las 4 baldas que antes eran solamente para cervezas, una entera había sido abducida por diferentes tipos de bebida. Es decir, el sector de la cerveza había PERDIDO un 25% de su espacio. Que se dice pronto.

El problema ya no es sólo que se pierda espacio, es que se pierda venta. Y que, además, quizá, algunos consumidores que se estén iniciando en la cerveza artesana piensen que, si una cerveza SOLO sabe a fruta (a un remedo de fruta), qué sentido tiene tomar cerveza cuando puedes encontrar los mismos ¨natural flavors ¨en otros mil tipos de bebidas, a veces a mucho mejor precio. La cuestión es si no se estarán haciendo algunas cervezas tan irreconocibles como tales, varias de ellas con los famosos ¨natural flavors¨, que al final no tenga sentido tomarlas como cerveza o, sencillamente, tomarlas. Si un consumidor quiere algo que sólo sepa a maracuyá, casi mejor un zumito de toda la vida, sin alcohol, con todas sus propiedades.

Baste decir que en Estados Unidos el mercado de las craft sodas (elaboradas a partir de siropes y, como no, ¨natural flavors¨) ya está creciendo tanto como el de las craft beers. Si, al final, unas y otras se hacen indistinguibles no sé quién saldría ganando. No sé de dónde a dónde migrarían los consumidores (o si lo harían). Igual, a similitud de sabor, la gente optaría por la opción más económica y sin alcohol (recordemos que en US la bebida embotellada cuyo consumo más crece es el agua). Y las craft sodas están incrementando mucho más la variedad de sabores, colores y aromas que las craft beers.

Cómo no, corresponde a los profesionales del sector analizar todo esto. Por mi parte, como consumidor de cerveza artesana, me gustaría poder consumir una cerveza que, dentro de toda experimentación, innovación y variedad posibles, pueda reconocer como cerveza y, si no es mucho pedir, ya que se autodenomina como tal, que sea lo más artesana posible (a sabiendas de lo confuso que resulta este término).



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